(Publicado el 13 de noviembre de 2017)
Cuando el país apenas comenzaba a reconocer los efectos dejados por el huracán María, muchas cooperativas de ahorro y crédito activaron sus operaciones para proveer dinero en efectivo y servicios a sus socios casi de inmediato.
Así se desprende de un estudio encomendado por la Asociación de Ejecutivos de Cooperativas (ASEC), el cual concluyó que, en promedio, la mayoría de las sucursales reanudó operaciones a 48 horas del paso del huracán. A pesar de la falta de electricidad y sin sistemas de comunicación en casi todo el país, sobre el 56% de las cooperativas tuvieron la capacidad de ofrecer todos o la mayoría de los servicios en horario especial, comprobó el estudio realizado por la firma de consultoría en gerencia y recursos humanos T&T Management Group.
“Las cooperativas de Puerto Rico, en su mayoría, comenzaron sus operaciones en horarios especiales, que en promedio superaron el 60% de sus horas regulares de funcionamiento y activaron sobre 88% de su fuerza laboral”, indica el informe publicado por ASEC. Al cumplirse un mes del paso del huracán, ya el 94% de las más de 260 sucursales cooperativas estaban operando.
“Este estudio lo que confirma es que el personal de nuestras cooperativas de ahorro y crédito, cónsono con su misión, actuó con diligencia y en solidaridad, aun cuando muchos estaban lidiando con las adversidades propias de la emergencia, y la sola apertura de las sucursales constituía un gran reto”, expresó José Julián Ramírez, director ejecutivo de la ASEC.
Ramírez recordó que la gestión de las cooperativas en municipios distantes o, incluso, incomunicados, ayudó a que más ciudadanos tuvieran acceso al dinero en efectivo indispensable para satisfacer las necesidades básicas de alimentos, medicinas y gasolina. Relató que, al día siguiente del huracán, los supervisores de algunas cooperativas inundadas llegaron a sacar lodo para poner a funcionar sus sucursales. Otros colaboraron abriendo caminos para que pasaran los camiones blindados que llevaban el efectivo a los socios y clientes.
El ejecutivo reconoció el compromiso de los cerca de cuatro mil empleados y ejecutivos del sistema, pese a que alrededor de 30% de estos sufrió algún tipo de pérdida. Las cooperativas han desarrollado programas de ayuda económica directa a sus empleados, de distribución de provisiones, agua, hielo y gasolina. Sobre el 70% han buscado garantizar y pagar las jornadas completas.
“Históricamente, el movimiento cooperativo ha sido consistente en abrirse paso en medio de las crisis. Ahora, seguimos de pie y cerca de nuestra gente, con la misma esperanza de que, una vez más, podremos recuperarnos y con el compromiso de seguir aportando a levantar la economía de Puerto Rico”, manifestó el director ejecutivo de ASEC.
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