La Asociación de Ejecutivos de Cooperativas de Puerto Rico ha estado muy pendiente de las negociaciones del gobierno de Puerto Rico con sus acreedores bajo las condiciones establecidas por la ley PROMESA, incluyendo las conversaciones que llevan los representantes del sector cooperativo de ahorro y crédito. Su determinación de solicitar la activación del Título III de la Ley PROMESA no nos toma por sorpresa.

El sector cooperativo lleva tiempo preparándose para esto. El sistema ha hecho pruebas de estrés financiero en distintos escenarios y ha identificado que somos capaces de sobrellevar todos esos escenarios.  El Título III no significa que se cerraron los puentes de comunicación entre el gobierno y los distintos representantes de las cooperativas acreedoras. Las vías de comunicación continúan abiertas, en aras de lograr soluciones viables a las partes.

El sector cooperativista de ahorro y crédito cuenta con la capacidad administrativa y con la liquidez adecuada para hacer frente a los retos que pueda implicar la aplicación de la ley PROMESA. Aun en el caso de que alguna cooperativa individual enfrente complicaciones mayores, nuestro compromiso como sector es mantener la solidaridad y velar por la protección de los bienes de todos los socios cooperativistas. Estaremos ahí para todos, como lo dictan los valores del cooperativismo.

Nuestra Asociación está en comunicación con otros componentes del cooperativismo, de modo que podamos planificar juntos los próximos pasos, siempre velando por la solidez del movimiento y, en este caso en particular, de las cooperativas de ahorro y crédito. Tanto nuestra Asociación como otros representantes del movimiento cooperativista estamos siendo proactivos en la generación de nueva actividad económica, brindando oportunidades de progreso a quienes más las necesitan, tal como hemos hecho siempre. El momento histórico reclama creatividad y compromiso, y es lo que le ofrecemos a Puerto Rico.

Durante décadas, los puertorriqueños han visto en las cooperativas de ahorro y crédito instituciones que sirven como herramientas de progreso para los más necesitados, y que se mantienen conectadas con los anhelos y esperanzas del pueblo. Hoy nos reafirmamos en que esa es nuestra misión como instrumentos de justicia social y desarrollo económico. Continuaremos sirviendo con compromiso, excelencia y solidaridad, convencidos de que otra economía es posible para reconstruir al país con la fuerza de más de un millón de puertorriqueños que creen en el cooperativismo.

8 de mayo de 2017